Paisajes

... En las imágenes de Oscar palpita un corazón que se estremece la mayor parte de las veces cuando barrunta que corazones sin sangre están cerca del suyo aunque no latan. Cuando advierte que la materia motivo de su interés, le acepta como a un igual, se aproxima con amor a su regazo y presta atención embriagado por escuchar lo que desea escuchar: como cuando uno se sienta a solas frente al mar. Cuando abraza a la roca, al árbol o a la arena; cuando la tarde angustiada de plomo le musita dolorosa y felizmente que ha de convivir con la soledad que como artista ha escogido; cuando con un mohín de asombro ve su propia figura quebrada en un charco, les da las gracias encarecidamente por existir y poder disfrutar de momentos de reconciliación
tan plenos; porque roca, árbol, tarde angustiada de plomo y charco, entienden mucho de ausencias, esperas y búsquedas. En las imágenes de Oscar palpita un corazón que se estremece la mayor parte de las veces cuando barrunta que corazones sin sangre están cerca del suyo aunque no latan.

Vicente Soler
Texto para la exposición Paisajes, Madrid, diciembre 1987

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